5 de julio de 2011

TERAPIA BREVE ( CENTRADA EN LA SOLUCIÒN DEL PROBLEMA)

Este enfoque terapéutico surge a raíz del trabajo de Steve de Shazer aproximadamente en 1978, en el Brief Family Center de Milwaukee.


Otros delos exponentes de este enfoque son O'Hanlon y Weiner Davis quienes también han publicado artículos y libros que describen cómo se puede emplear la terapia centrada en soluciones, pero a manera general es importante señalar que ellos se concentran en encontrar y desarrollar las condiciones y conductas que faciliten el cambio de las situaciones que llevan a los consultantes a solicitar terapia.


Este enfoque en sus inicios estuvo influido por el trabajo del MRI de Palo Alto, sin embargo, se fue apartando con el tiempo al ir enfatizando la búsqueda de excepciones.


A diferencia del enfoque centrado en el problema que se limita a explorar el problema que se limita a explorar el problema y en descubrir que sostienen el problema, el enfoque centrado en la solución se explaya en todos aquellos momentos (excepciones) en los que no se presenta el problema o cuando la situación problemática la logra controlar el consultante, identificando con ello aquellas pautas de solución, poniendo énfasis en su desarrollo y establecimiento.

Durante la primera sesión no es necesario hablar mucho del problema que lleva a los consultantes a solicitar la terapia, con una breve descripción basta para empezar el trabajo terapéutico.


Posterior a esta descripción los esfuerzos del terapeuta deben concentrarse en la búsqueda de soluciones eficaces a través de las excepciones (ocasiones en que no ocurre el problema).

El objetivo que busca la terapia es ampliar las excepciones y para ello se requiere una descripción minuciosa de éstas por parte del consultante, encontrando con ello las pautas de solución que al ampliarse comienzan a generar el cambio deseado.

En cuanto a las metas terapéuticas éstas tienen que ser definidas por el consultante con el apoyo del terapeuta en términos conductuales, es decir, de la forma más concreta y factible posible. Por otro lado, estas metas tienen que consistir en pequeños cambios para alcanzar en suma el cambio deseado, así mismo, no se aceptarán como metas terapéuticas cambios que sean poco posibles o irrealizables, así como también cambios extremos.

Como comentario, es importante señalar que este enfoque no toma en cuenta y niega la existencia del concepto conocido como "resistencia", comúnmente usado en otros tipos de terapia, a cambio de ello, el terapeuta tiene el deber de identificar el modo de cooperar del consultante o familia, para lograr esto Steve de Shazer propone que durante la segunda sesión después de habérsele encomendado una tarea el consultante o familia, su manera de responder a esta nos da un indicador del tipo de cooperación que proporciona el consultante, a modo de ejemplo, se puede mencionar que si el consultante responde a una tarea haciendo lo contrario a lo que se le pidió, es necesario que el diseño de las tareas siguientes estén hechas para que el consultante haga exactamente lo contrario.

Las tareas son acciones que deben realizar fuera del consultorio los clientes, por supuesto que las tareas tienen la finalidad de ir ampliando las pautas de solución.

Dentro del trabajo terapéutico de la sesión, se hace énfasis así mismo en la evocación de recursos del consultante, siendo que esto contribuye a ir generando la solución, también el lenguaje del terapeuta debe dirigir al consultante a un cambio perceptivo y conductual. También se hace uso de preguntas presuposicionales durante la sesión, éstas preguntas básicamente consisten en que el terapeuta presupone la existencia de una solución que ya existe en el consultante, produciendo con ello cambios.

Para llevar a cabo el trabajo terapéutico se cumplen muchos tipos de técnicas de intervención, entre ellas se pueden mencionar, las connotaciones positivas, el uso de metáforas, tareas de fórmula, directas y paradójicas y el uso de rituales entre otras.

Por último, a partir de la segunda sesión y siguientes, el terapeuta se centra en corroborar los cambios que se dan en la situación problemática y de la misma forma evaluar si se empiezan a alcanzar los objetivos o metas terapéuticas, para esto cada sesión debe ser cuidadosamente planificada, así como en lo posible, el curso que tomará la situación del consultante, no perdiendo de vista la meta final que se haya propuesto durante la primera sesión.

De acuerdo al resultado que proporciona el consultante en cada sesión, se determinará el curso que debe seguir el terapeuta.

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